Van dos décadas del lanzamiento de la primera generación de este modelo, que supuso una revolución tecnológica en su momento, y que recuperó un nombre que sigue identificando la oferta del Doble Chevrón en el segmento C.
En 2004, Citroën lanzaba el C4, un modelo que por caprichos de su recién estrenada política de nomenclatura, heredaba el nombre de un ilustre antecesor aparecido en 1928. Su desafío no era sencillo: debía sustituir a un modelo tan exitoso como el Citroën Xsara, que contó nada menos que con Claudia Schiffer como musa publicitaria, y que se impuso tres veces en Campeonato Mundial de Rally con Sébastien Loeb al volante.
Y el Citroën C4 superó el reto con éxito. Tomó sin problemas el testigo del Xsara como buque insignia comercial del Doble Chevrón, manteniéndose como líder de ventas en los mercados más importantes de Europa. Y en el terreno publicitario no necesitó de ninguna top model: su alto nivel tecnológico y sus dos carrocerías le permitió presentarse como un transformer capaz de bailar o patinar en distintos spots. Y en el terreno deportivo no ganó tres, sino cuatro veces el WRC.
Fabricado en Mulhouse (Francia) y comercializado en dos siluetas, con tres y cuatro puertas, el Citroën C4 tuvo en la tecnología una de sus grandes señas de identidad. En sus motorizaciones, su unión al suelo y los numerosos equipamientos de ayuda a la conducción se hizo cómplice del conductor y de los pasajeros, con el fin de ofrecer prestaciones de confort, comportamiento y seguridad de un nivel nunca visto en el segmento.
Con este modelo llegaron innovaciones como la alerta de cambio involuntario de carril, los faros direccionales bixenón, el limitador de velocidad, los sensores delanteros y traseros con visualización de la maniobra sobre la pantalla, o el detector de presión de los neumáticos, elementos comunes hoy pero no hace 20 años.
En el interior adoptó un estilo centrado en la sobriedad “high-tech”, a la imagen del cuadro de instrumentos de estilo depurado. Su volante con mandos centrales fijos agrupaba al alcance de la mano las principales funciones de confort (sistema audio, teléfono) y de ayuda a la conducción (regulador y limitador voluntario de velocidad). Esta disposición ergonómica favorecía un uso sencillo de los mandos, mejorando así la facilidad de conducción.
El volante estaba asociado a un novedoso panel de control translúcido, que proporcionaba informaciones de la conducción. El contraste de la pantalla se ajustaba instantáneamente en función de la luminosidad, garantizando una perfecta legibilidad en todo tipo de circunstancias.
En 2010, el Citroën C4 cambió de generación. En el apartado de seguridad, esta nueva propuesta ofrecía importantes innovaciones que se han convertido en habituales en el segmento, como el sensor de punto ciego, el limitador-regulador de velocidad programable. Los asientos delanteros incorporaron regulación lumbar eléctrica y una función de masaje. Su interior era totalmente personalizable con los colores que permitía adoptar el cuadro, sonidos polifónicos o la intensidad de climatización, prestaciones inéditas en este segmento. Además, contaba con una toma de 230 V.
Otra de sus grandes cartas era su espacio interior, con el maletero más amplio de su categoría y un diseño que transmitía calidad, robustez y estabilidad, gracias a sus proporciones equilibradas. El tratamiento de sus superficies, su deflector delantero preparado para devorar el asfalto y su alerón trasero negro ofrecían una aerodinámica óptima.
Como reflejo de su nuevo posicionamiento de marca, el Doble Chevrón lanzó en 2014 un concepto totalmente novedoso como alternativa real a las berlinas compactas: el Citroën C4 Cactus. En un segmento C muy concurrido, en el que parece que todo está inventado, el Citroën C4 Cactus se distinguía por su diseño único, que conjugaba lo práctico con lo estético.
El C4 Cactus planteaba las bases de una nueva forma de entender el automóvil: más diseño, más confort y más tecnología útil en un vehículo económico y ecológico. Para resolver una ecuación como esta, la firma eligió una estrategia novedosa: dar más valor a lo que realmente cuenta para los clientes, incorporando innovaciones tecnológicas y apostando fuertemente por el diseño, el confort, la facilidad de uso y un bajo costo de uso.
Así, el C4 Cactus incorporaba los Airbumps, una innovación útil, estética y personalizable, que reforzaba el diseño y protegía la carrocería. Este vehículo también incorporaba una interfaz de conducción 100% digital y 100% intuitiva, que ofrecía un puesto de conducción amplio y conectado, con los mandos agrupados alrededor de una pantalla táctil de 7 pulgadas de serie.
En el apartado de confort destacaban los amplios asientos delanteros con un diseño inspirado en los sofás, mientras que el airbag del acompañante en techo, una tecnología exclusiva mundial, ofrecía al pasajero delantero más espacio y volumen para llevar objetos. Por último, el techo acristalado panorámico con alta protección térmica inundaba de luz el habitáculo, pero sin sufrir los efectos del calor.
En 2018, reforzó su posicionamiento con un diseño más elegante y una vocación tecnológica e innovadora, con 12 ayudas a la conducción y 3 tecnologías de conectividad y su compromiso con el confort. Supuso el estreno en Europa de las Suspensiones de Amortiguadores Progresivos Hidráulicos e incorporó, en primicia mundial, los innovadores asientos Advanced Comfort.
Finalmente, en 2020, se presentó la nueva generación del Citroën C4, que llegó de la mano del novedoso ë-C4, la versión 100% eléctrica. Este modelo plantea una nueva forma de ver a los hatchbacks o sedanes, con guiños estéticos y técnicos a modelos clásicos de la marca, como el Citroën GS. El resultado es un vehículo que conjuga la elegancia y el dinamismo que caracterizan a las berlinas, con la versatilidad y el espíritu aventurero encarnados por los SUV.
La nueva generación del C4 se convierte en un embajador de primer nivel del programa “Citroën Advanced Comfort”, al aunar innovaciones como los asientos Advanced Comfort o la suspensión de amortiguadores progresivos hidráulicos, con el silencio y la fluidez de la movilidad eléctrica del Citroën ë-C4. En el apartado tecnológico, este nuevo modelo cuenta con hasta 20 funciones de ayuda a la conducción, entre las que destacan el Highway Driver Assist (conducción autónoma de nivel 2) y head-up display.
Vale decir que todos las versiones del Citroën C4 se han comercializado en Chile con mucho éxito, y circulan por nuestras calles más de 7.000 unidades, con 1.000 de ellas sólo de la tercera generación.
El Citroën C4 se ofrece en cuatro versiones, dos con motor gasolinero Puretech 1.2 Turbo y dos con el turbodiésel 1.5 BlueHDi. Los precios van desde los $21.790.000 a los $23.790.000, incluyendo las bonificaciones existentes.